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domingo, 27 de septiembre de 2009

HOMENAJE AL 25 DE MAYO DE 1809


Gastón Moreira Ostria
Socio de la Sociedad Geográfica e histórica Sucre

La Sociedad Geográfica y de Historia de Sucre, a la que tengo el honor de representar en esta oportunidad, se suma a los festejos de recordación del 197 Aniversario del primer grito de libertad que se da en América en nuestra ciudad el 25 de mayo de 1809. Creemos que es patriótico recordar aquellos acontecimientos que marcaron definitivamente nuestra historia y que debemos tenerlos presentes en todo momento de nuestras vidas.

Es importante analizar cuales fueron las razones fundamentales que prepararon el ambiente necesario para llegar a ese hecho de gran trascendencia americana.. Indudablemente juega un papel principal y definitivo la Universidad Real y Pontificia de San Francisco Xavier de Chuquisaca donde en sus aulas se gestaron las ideas de emancipación, habiéndose constituido en el pensamiento libertario que llevaron posteriormente a las acciones del 25 de mayo. En sus claustros universitarios se formaron Moreno, Monteagudo, Castelli, Paso y muchas otras decenas de patriotas que abrazaron con entusiasmo ideas libertarias, habiendo estado influenciados por los neoescolásticos hispánicos como Victoria, Mariana, Molina, de la Peña, Valle, Soto, Carranza, Covarrubias, Eliscueta y fundamentalmente por el padre jesuita Francisco Suárez, quién sostuvo una famosa polémica en su época con el Rey de Escocia e Inglaterra Jacobo I, que sostenía que el poder de los reyes era una delegación divina y por lo tanto no debían responder de sus actos ante sus súbditos, sino solamente ante Dios, lo que significaba que su doctrina era la inexistencia del derecho de cuestionar el poder de los monarcas por mas tiránico o inepto que fuese.

A los anteriormente citados hay que agregar los nombres de Zudañes, Michel, Lemoine, Mercado y otros, entre los cuales se cuentan las principales figuras de la sublevación del 25 de mayo de 1809,

El jesuita Francisco Suárez que a comienzos del siglo XVII era profesor en las Universidades de Salamanca y Coimbra enseñó que el poder no pasa de Dios a los gobernantes, si no es por intermedio del pueblo, porque es éste quién siendo depositario del poder entrega a los hombres que han de gobernar al Estado en una suerte de acuerdo que establece que si esos gobernantes no cumplen su función de ser gerentes del bien común y se transforman en tiranos, el pueblo tiene el derecho a levantarse en contra de ellos para deponerlos y de reasumir el poder para darlo a otros gobernantes capaces de cumplir su función acertadamente.

Estas ideas que hoy pueden parecernos ingenuas, pero que en aquellos tiempos de absolutismo significaban un germen peligrosamente insurreccional , fueron las que determinaron que un Rey de la familia de los Borbones, Carlos III, decidiera la expulsión de los jesuitas de tierras americanas.

En los decenios finales del siglo XVIII el pensamiento señalado va penetrando con fuerza irresistible en las aulas de la Universidad de Chuquisaca. Cuenta Moreno que los alumnos que tenían sus juntas secretas a las que concurría un grupo de iniciados que fraternizaban entre si con el vínculo de la mas perfecta unidad de ideas y sentimientos contra España.

Otros estudios históricos, como señalaba don Mario Linares Urioste, actual Director y Custodio de la Casa de la Libertad, que los levantamientos indígenas encabezados por el cacique Tomás Katari, ocurridos entre los años 1790 y 1792, también se constituyen en un preámbulo vital para los sucesos de mayo de 1809, afirmando que el caudillo indígena fue uno de los que inició el levantamiento contra España en los territorios americanos, puesto que ellos desconocían la autoridad del Rey.

En la década siguiente, es decir, los primeros años del nuevo Siglo XIX, el sentimiento libertario fue adquiriendo cada vez mas fuerza aunque no llegó a manifestarse abiertamente, sino que comenzó a formar parte de una conspiración subterránea inspirada en los textos liberales y las corrientes que años antes habían terminado con el absolutismo monárquico francés y también la liberación de Estados Unidos de América del dominio inglés.

Durante ese periodo se produjo en Charcas una toma de conciencia sobre la situación de los territorios y sus habitantes, aunque la autoridad y la lealtad a la Corona se mantenían aparentemente inalterables. Es así que resulta fundamental el papel de la Universidad San Francisco Xavier, lugar donde se formaban los futuros revolucionarios. Como sostiene el historiador Javier Mendoza Pizarro, "cuanto mas se profundiza en la documentación que existe sobre lo sucedido en el Alto Perú en 1809, mas evidente resulta el papel que jugó la Universidad San Francisco Xavier en los hechos que cambiaron la historia".

Es también conocido el hecho de que la Monarquía española sufrió un durísimo golpe a raíz de la invasión de la península Ibérica por parte de los ejércitos de Napoleón Bonaparte en 1808. Esos acontecimientos casuales derivados de la huida de Fernando VII fueron descritos por don Gabriel

René Moreno como la "feliz coyuntura" que incentivó aún mas a los doctores de Charcas en sus planes independentistas.

Los sucesos de mayo de 1809, formaron parte de un propósito común entre los revolucionarios altoperuanos, y es conocido que éste debió haber estallado en forma simultánea en Sucre y La Paz en el mes de marzo de ese mismo año. Distintas circunstancias obligaron a postergarlo, pero fueron los oidores de Charcas, quienes aprovechando desavenencias internas en la Audiencia, los primeros en ejecutarla en las jornadas del 25 de aquel mes de mayo.

El historiador español Estanislao Just Leó, autor de una extensa obra titulada : "Comienzo de la Independencia en el Alto Perú: Los sucesos de Chuquisaca, 1809" reconstruye y resume de una manera diáfana lo ocurrido en aquella histórica fecha: "Amaneció el 24 de mayo lleno de nerviosismo. La gente ya esperaba los sucesos. El Presidente García Pizarro había pasado revista a la tropa y mandado a preparar todo el tren de artillería. Los oidores y vecinos revolucionarios se habían reunido varias veces, se decía también que habían dormido con guardia y gente armada. Llegada la noche se duplicaron las rondas para vigilar la tranquilidad ciudadana. El ambiente estaba al máximo presagiando la tormenta".

La mañana del 25 de mayo fue atareadísima tanto para el Presidente García Pizarro como para el Real Acuerdo. Se esperaba de un momento a otro que algo sucediera.

El Presidente por la mañana, había ordenado al tesorero de las cajas reales llevarse una fuerte cantidad de onzas de oro fuera del palacio presidencial y mandó a reforzar su guardia, además envió a su hijo Agapito a Potosi con un oficio para el Intendente Sanz, pidiendo el despliegue inmediato de refuerzos militares. Los oidores no estaban de brazos cruzados. Se reunieron en el Acuerdo para conocer la vista fiscal con respecto a su petición de apertura de proceso y deposición del Presidente García Pizarro por traición al Rey Fernando VII.

Los últimos instantes de la tarde, antes de que la noche llegase, los describía así el abogado Cascón, uno de los consejeros del Presidente García Pizarro " acercándose ya la noche expresó su Excelencia que el golpe se lo iban a dar y que quería adelantar la separación" Libró las órdenes de arresto contra los principales instigadores de la revolución, entre los que se encontraban los Lemoine, los Zudañez, los Michel, asi como los franceses Miranda y Sivillat.

Solo fue arrestado Jaime Zudañez en su casa, pero esto fue la chispa que hizo detonar la ya preparada revolución y por tanto, el principio de los últimos instantes de García Pizarro en el Palacio Presidencial. La noticia de la detención de Zudañez cundió , atizada por su hermana Mariana y la gente se fue reuniendo frente a las puertas de la presidencia, algunas personas se acercaban por curiosidad y otras para actuar porque ya conocían lo sucedido. Los testimonios hablan de unas 2.000 personas que tomaron la Plaza Mayor presionaron al Presidente hasta lograr su dimisión, además de obligar al arzobispo Moxö a huir de la ciudad por temor a ser castigado por su apego a la autoridad mayor.

“Al atardecer del jueves 25 de mayo de 1809, el pueblo de La Plata (también Chuquisaca, hoy Sucre) capital del distrito de la Audiencia de Charcas, fue presa de una conmoción. A los gritos de "Viva el Rey", "Traición" o "mueran los traidores", una inmensa cantidad de gente se agolpó en la Plaza Mayor, Allí entre los tiros, gritos y sones de campanas, explotó el primer grito libertario, se llevó a cabo la revolución."

"Cuando la asonada pareció decrecer, a las primeras horas de la madrugada del día siguiente, Chuquisaca presentaba otro aspecto. El Presidente García Pizarro había entregado el mando a la Audiencia, el Arzobispo Moxó había huido por miedo a las turbas y un ejército formado por las gentes del pueblo, estaba reclutándose a título de defensa de los derechos del Rey y de la Patria. Así, había terminado el primer acto de la revolución de Charcas."

Dentro de este proceso insureccional, Just Leó también "considera importantes la discordancia que el Presidente García Pizarro mantuvo desde que llegó a la ciudad, en 1797, con los altivos y ensimismados oidores. La lucha de poderes entre el presidente y los miembros de la Audiencia fue una de las características de los últimos años del periodo colonial en Charcas. Estas fricciones tuvieron su punto mas álgido en 1806 cuando inclusive se llegó a pensar en la destitución legal del presidente de 68 años . El motivo lo va a dar una simple enfermedad catarral de García Pizarro, complicado luego con un reumatismo agudo. Dada su avanzada edad va a alcanzar cierto peligro, y le va a dejar una larga convalecencia. Los oidores querrán fundar en ella lo que para la incapacidad del gobernante decían la Leyes de Indias, pero el juego no dará resultado", describe Just Leó.

Los encontrones fueron aumentando en intensidad y se agravaron de tal modo que condujeron a la plena rebeldía de la Audiencia y con ella a la revolución.

Just Leó afirma además en su obra "que para los historiadores no bolivianos, en su mayoría sudamericanos, la revolución de Charcas, fue una mera asonada popular con el solo matiz de una algarada más de las que hubo tantas en la historia hispanoamericana, o un movimiento con cierto cariz independentista, pero tan pequeño en profundidad y extensión, que resultó enteramente intrascendente".

Just Leó refuta esas afirmaciones y concluye que deberíamos llamar a Chuquisaca la cuna real de la independencia hispanoamericana.

Aparte de las interpretaciones políticas posteriores a los hechos, todos los estudios historiográficos coinciden en aceptar la calidad emancipadora del movimiento de Charcas, no solamente por los aspectos coyunturales de la revuelta reflejados en las proclamas de adhesión a la Corona, sino principalmente por el contenido filosófico y liberal que éstas reflejarían a partir de este levantamiento, al que sucedería la revolución del 16 de julio del mismo año en La Paz , el 10 de agosto en Quito - Ecuador, así como la del 25 de mayo de 1810 en Buenos Aires y otros sucesos ocurridos en el Alto Perú en los meses y años subsiguientes



El cronista catalán afirma definitivamente, que la Guerra de la Independencia comenzó indudablemente, al atardecer del 25 de mayo de 1809.

Siempre con la versión de Estanislao Just Leó " el fenómeno histórico de la revolución en sí, no concluyó con lo acontecido aquella noche en la Plaza Mayor, puesto que durante siete meses, hasta la entrada del nuevo presidente Nieto, Charcas estuvo dirigida por la Audiencia gobernadora secundada por un grupo de vecinos españoles y criollos que eran revolucionarios."

Así mismo afirma "que hubieron expresiones de fe patriótica y manifestaciones de fidelidad a la monarquía española, lectura y propaganda expuesta en pasquines, libelos, además de las conversaciones libres de las mas exaltadas ideas políticas sobre el autogobierno y la independencia, intentos de nuevas asonadas, rebeldías ante el legítimo poder constituido, luchas contra los intendentes de la zona que obedecían al poder virreinal, persecuciones a vecinos fieles al régimen de siempre establecido"

El movimiento revolucionario chuquisaqueño no fue espontáneo, fue una obra preparada y resultado de una serie de causas. A un estado social discriminatorio que era fuente de descontento, se sumaron motivos económicos e ideas surgidas en la Universidad Real y Pontificia de San Francisco Xavier al calor de lecturas de las últimas corrientes europeas de pensamiento y los ejemplos de otras naciones que habían hecho bandera de conceptos tan atractivos como la libertad y la independencia. A esto se añadió una profunda crisis monárquica en la metrópoli producida por la invasión napoleónica.

Todo ello hizo caldo de cultivo en el grupo ciudadano conformado por intelectuales y descontentos que llevó adelante la revolución. Los criollos formados en la Universidad San Francisco Xavier sedientos de libertad y cansados de las limitaciones y humillaciones del poder virreinal ya tenían preparado el movimiento revolucionario para el 30 de marzo que coincidía con la festividad de Jueves Santo.

Provocada la insurrección se conseguiría la deposición del Presidente, e incluso, como se dijo después, la matanza de españoles. Llegada esa fecha no sucedió nada. "Había quedado sin efecto porque se intimidó el abogado don Ventura Salinas"

Es bueno también recordar el tenor del primero de los tres oficios que recibió el Presidente Ramón García de León y Pizarro del Tribunal la noche en la que se gestaría en Sucre el Primer Grito Libertario de América:

"Excelentísimo Señor. El escandaloso hecho, que de orden de Vuestra Excelencia se trató de executar a cosa de las siete de esta noche, y que ha comprometido hasta el último extremo la tranquilidad y sosiego de este leal y fidelísimo vecindario, tiene al Pueblo todo en tal consternación que no encuentra el Tribunal otro arvitrio para restituirle su antigua tranquilidad, que el que V.E. en obsequio de ella entregue inmediatamente el mando político y Militar, como el pueblo lo pide, con firme protexta de no aquietarse hasta que se verifique. El Tribunal pues, a nombre del Rey, y como eco fiel de estos generosos avitantes, se lo intima así a V.E., y espera su mas puntual cumplimiento. Dios guarde a V.E. muchos años
Plata 25 de mayo de 1809, a las once dadas de la noche. Señor Excelentísimo. José de la Iglesia. Josef Agustín de Ussoz. José Vázquez Ballesteros. El Conde de San Javier.Excelentísimo Señor Presidente Don Ramón García Pizarro".


El historiador nacional, que fue también en varias oportunidades Ministro de Educación, Mariano Baptista Gumucio, dijo que coincide con la posición de los distintos historiadores, al sostener que cualquiera que hubiera sido el pretexto para iniciar los levantamientos ocurridos el 25 de mayo de 1809, la destitución de las autoridades reales de ésa época se convirtió en el inicio de la Guerra de la Independencia.

Además Mariano Baptista apuntó que luego de la Revolución de Mayo, los insurrectos enviaron a distintos emisarios a diferentes lugares de la Audiencia, lo que implica que el proceso revolucionario en lo que es hoy territorio boliviano formaba parte de un mismo objetivo político, cual era el de poner fin a la dominación española. Entre los emisarios enviados a otras ciudades con el fin de promover el cambio de las autoridades y el reconocimiento de la Audiencia gobernadora, estaban Bernardo Monteagudo que fue a Potosi, Alzérreca y Pulido a Cochabamba y Mariano Michel a La Paz.

Para terminar esta rememoración histórica, que está basada en documentación verídica e incuestionable, debemos rechazar categóricamente la posición del Alcalde paceño Juan del Granado, quién con un desconocimiento total de la historia y actuando demagógicamente quiere engañar al pueblo boliviano y sobre todo al paceño, con la versión de que el primer grito libertario fue en La Paz, para evitar que los principales festejos del Bicentenario de ese acontecimiento patriótico sean en nuestra ciudad de Sucre, como reconocen todos los países de nuestra América.


Sucre 23 de mayo del 2006