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sábado, 8 de noviembre de 2008

LOS SUCESOS DEL 25 DE MAYO DE 1809 EN CHUQUISACA (*)

Estanislao Just Lleó S.J.

CHARCAS EN LA PAZ
Los dos movimientos que, con diferencia de pocos meses, estallan en el Alto Perú, tienen, a simple vista, muchos puntos de contacto. Estos no coinciden únicamente en la ideología que mantienen ambos movimientos, sino incluso en la presentación del suceso, explicación de sus móviles, etc. De todo ello, lo que resulta más interesante es la corrección que supone el hecho revolucionario paceño, a la luz de los sucesos de Chuquisaca. Aquí es en donde se ve la influencia y ejemplaridad que tuvo uno en otro.

Que los movimientos tuvieron un mismo acerbo doctrinal no es nada extraño, puesto que los dirigentes de ambos se había formado en la misma Universidad, y juntos –con escasa diferencia de años, e incluso algunos condiscípulos-, habían adquirido los ideas motoras de aquellos, pero lo móviles que explican la actuación revolucionaria, la preparación de la actuación, y sobre todo las correcciones que supone el movimiento paceño sobre el de Chuquisaca sean mera coincidencia,, resulta algo verdaderamente extraño. Solamente la influencia real de un hecho sobre otro puede explicar rectamente la existencia de éste. Charcas es por lo menos la causa ejemplar de los sucesos del julio paceño.

LOS DELEGADOS DE CHUQUISACA
Por dos veces envió la Audiencia gobernadora sus comisionados a La Paz. A una primera actuación, aparentemente al menos, infructuosa, siguió una llena de éxito. Michel, uno de los más exaltados revolucionarios chuquisaqueños será el artífice de ésta.

El 28 de mayo, “muy al alva”, salieron, para cumplir su comisión de delegados de la Rl. Audiencia gobernadora ante las autoridades de La Paz, para las que llevaban sus correspondientes Rls. Provisiones, el vecino Gregorio Ximénez, y el bachiller Manuel Toro y Ocampo. Su estancia en aquella ciudad, no debió durar mucho tiempo, pues antes del mes los encontramos a los dos prestando declaración ante el oidor Ussoz en la sumaria abierta por la Audiencia. A pesar de ello, la tardanza y la falta de noticias despertó recelos en La Plata, por lo que, según nos dice Gómez Soto, se decidieron a enviar a un nuevo comisionado, este fue el abogado Michel, más conocido por el apodo de Malaco, recién llegado de su comisión a Cochabamba.

La actuación de Michel fue muy fructífera. Aunque su actuación en aquella ciudad queda un poco envuelta en la obscuridad y el misterio, a él se le atribuye, por todos los testigos de las diferentes sumarias, el estallido de la revolución en La Paz.
La finalidad que le llevó a allí es evidente para sus contemporáneos. Bien claro lo dice, por ejemplo, el médico Salas: “es notorio en Chuquisaca que Michel fue a aquella Ciudad con el designio de sublevarla”, lo que matiza un poco más el diputado de comercio de La Plata, Fernández Alonso, quien, después de afirmar que había sido Michel, “el origen del aquel alboroto que sucedió en ella”, añade, “o cuando menos ha oído hablar de esto que contribuyó mucho…” Testimonio que refunde el abogado Baez al achacar el alzamiento de La Paz, a la consequencia de la comisión del Turbulento Michel o Malaco…”

La colaboración que encontró entre los paceños, según el historiador boliviano Alcides Arguedas, fue grande, “y no hubo necesidad de desplegar grandes esfuerzos, ni meterse en comprometidas aventuras para ganar la decisión de los paceños, tiempo ha prevenidos contra los peninsulares y anhelosos de verse libres para implantar reformas que estuviesen enarmonía con los adelantos del tiempo”.

Supuesta ésta, sigue diciendo el citado historiador, “únicamente tuvo que presentarse a las juntas secretas que a menudo se celebraban desde que se conocían los conflictos internos y externos de España y explayar allí lo que sus antecesores de la Universidad de San Francisco Xavier de Chuquisaca, desde antes de 1802, venían pregonando, es decir la emancipación” Cosa que comprueba el contemporáneo Matalinares, cuando dice en su declaración ante el intendente de Potosí, que “el dicho Emisario Malaco, antes de presentar en el Gobierno de la Real Provisión en su encargo, se aseguró primero en el Pueblo del buen éxcito de la gestión, y que si el Gobierno no lo apoyaba, le sostendría el mismo Pueblo”.

Sánchez de Velasco, puntualiza un poco más esta actuación de Michel. Parece ser, según el escribano de Cámara de la Audiencia de Charcas, que no solamente se contento el abogado chuquisaqueño con exponer los sucesos de la capital del distrito, sino que a él se debió la formación de la Junta Tuitiva. Estas son las palabras que recoge el escribano en sus Memorias: “Como las ideas del Comisionado que marchó a La Paz por orden de la Audiencia, para dar razón de los sucesos, fuesen enteramente libres, incitó secretamente a la formación de una Junta con el nombre de Tuitiva, y negoció el movimiento que debía realizarse el 16 de julio”.

Para el intendente de Potosí, por su parte, la sublevación de La Paz, se debía a “las resultas de la estada del Comisionado de Charcas en La Paz, un Doctor Michel y por las especies seductivas que dejó sembradas, y Pasquines que estampó…”, afirmación que coincide con las expuestas por algunos prófugos de La Plata, que ya habían prestado declaración ante él.


(*) Just Lleó Estanislao “Comienzo de la Independencia en el Alto Perú: Los sucesos de Chuquisaca, 1809; páginas 518-520; Editorial Judicial Sucre- Bolivia 1994

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COLOQUIO DE HISTORIADORES IBEROAMERICANOS
Importancia Continental de la Insurrección del 25 de mayo de 1809
LAS OCURRENCIAS DE CHUQUISACA: 25 de mayo de 1809 (**)
Estanislao Just Lleó S.J.

Conclusión
Hasta el momento no se ha publicado absolutamente nada que la haya podido hacer variar sustancialmente, ni aparecido documento alguno que haya supuesto modificación alguna. Los que he encontrado en estos años, algunos de los cuales he citado –Olaso y Ballivián que por ejemplo-, no han hecho nada mas que ratificarme en las conclusiones que sacaba en aquel entonces y que creo que puedo ratificar ahora. Decía en aquel entonces:

“Ante nuestros ojos han ido desfilando muchos hombres que se han movido en múltiples situaciones caminando en una dirección. Unos lo han hecho conscientemente; otros al compas de los tiempos y con menor claridad, han seguido la misma ruta; todos con sus quehaceres –con su ser y estar-han protagonizado lo que hemos denominado el “Comienzo de la Independencia en el Alto Perú. Los sucesos de Chuquisaca”; por ello ahora queremos terminar con unas conclusiones que se deducen de todo el camino recorrido. Estas son:

1.- Duración del movimiento
La revolución de Charcas tiene una duración mayor que la que pudiera suponer los sucesos de la noche del 25 de mayo de 1809. Si tan sólo nos fijásemos en éstos, prescindiendo de cuanto supone la formalidad del movimiento, nuestra visión de los hechos sería inexacta. El nuevo Gobierno que surge en la madrugada del día 26, con toda su acción revolucionaria, se extiende hasta la llegada del presidente Nieto -25 de diciembre de ese mismo año-, con lo que nuevamente se vuelve a imponer el régimen anterior.

Durante ese tiempo –siete meses- se verifica la auténtica revolución por medio de la atracción de personas a las ideas revolucionarias independentistas, patrimonio de la activa minoría, libre propaganda de ellas, y fomento de movimientos similares en otros lugares del distrito de la Audiencia. Si el resultado efectivo, la ruptura del vínculo jurídico con la metrópoli, no se consigue, no se debió a la carencia de ideas o móviles emancipadores, sino a la inmadurez de los proyectos y a los obstáculos puestos por los intendentes de las provincias vecinas. Por consiguiente, la extensión en el tiempo del movimiento revolucionario de Chuquisaca llega hasta el 25 de diciembre de 1809. Tiene, pues una duración de siete meses, y todos ellos integran un solo todo.

2.- Sentido del movimiento
Considerando de esta forma el suceso revolucionario, los siete meses integrados en un solo todo, la finalidad del movimiento es claramente independentista.
Este, con su contenido ideológico y su acción libertaria, supone el comienzo de la lucha que llevará al Alto Perú a la consecución de su independencia de la Corona de España.

A partir de este momento, y hasta el reconocimiento jurídico de aquella, el territorio del Alto Perú no volverá a estar plenamente sometido a la monarquía española. Su sometimiento o independencia dependerá ya de los avatares de la guerra general de la independencia americana.
Los sucesos de La Paz de julio de 1809, y los del año siguiente en otros lugares del territorio –Cochabamba, Oruro, Potosí, etc.- solamente adquieren su plena comprensión partiendo de la obra revolucionaria de Charcas. A través de ellos, y mediante la influencia de unos sobre otros, el movimiento chuquisaqueño llega a entroncar con el que surge un año más tarde en la capital del virreinato, Buenos Aires, y con el movimiento general emancipador hispanoamericano.

3.- Casualidad del movimiento
Sobre una base general social que supone el estado indefinido de descontento existente en Charcas –especialmente en una minoría muy determinada-, y teniendo como ocasión operativa la crisis monárquica surgida en la Península a raíz de invasión napoleónica, van a incidir dos corrientes causales, la que supone el contenido doctrinal, ideológico y cultural, y la que marcan los sucesos de otra naciones y ciudades. Todo ello implica la única y gran causa que produce el 25 de mayo de 1809.

De ellas, quizás, la que adquiere una más marcada preponderancia es la formada por el conjunto de doctrinas que suponen las corrientes tradicionales hispánicas. Todo el planteamiento ideológico de la revolución chuquisaqueña se hace partiendo de la base de los más clásicos principios del origen de toda sociedad y de los derechos del rey y del pueblo; especialmente cuando se supone, como punto de partida, la pérdida de España o la desaparición del monarca.

4.- Comienzo del fenómeno independentista hispanoamericano
Supuesto lo que llevamos dicho, y teniendo en cuenta el sentido y realidad del movimiento chuquisaqueño del 25 de mayo de 1809, se debería adelantar en un año la fecha del comienzo de la independencia general hispanoamericana.

El movimiento de Charcas es el comienzo de la lucha por la emancipación de los territorios alto peruanos. El desarrollo de los sucesos está estrechamente vinculado –temporalmente y por su contenido ideológico-, con el movimiento de la Junta de Buenos Aires de 1810. Por lo tanto la fecha de 1809 -25 de mayo- parece más acorde con la realidad de los sucesos.
Por todo ello, podríamos llamar a Charcas, la cuna real de la independencia hispanoamericana

(**) Just Lleó Estanislao: Las ocurrencias de Chuquisaca: 25 de mayo de 1809, Coloquio de historiadores iberoamericanos Organizado por Fundación Cultural “La Plata” página 40-42 Editorial Tupac Katari, Sucre Bolivia 1999.

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