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domingo, 13 de abril de 2008

25 de mayo de 1809



Enrique Bachinelo
Ex Senador y periodista boliviano que reside en San Francisco

Los intereses y las pasiones serán siempre los móviles que impulsan a los hombres a las más arriesgadas empresas y si a ellos se agregan los ideales, aunque solo alienten en el pecho de contados seres superiores, se tendrá una idea de la raíz psicológica de las grandes transformaciones sociales que se operan en el momento en que se presenten circunstancias favorables.

El 25 de Mayo de 1809 marca el inicio de la revolución Alto peruana que se extendería por todo el continente en el decurso de 16 años y que bañaron las tierras americanas con la sangre de miles de patriotas y la muerte de los chapetones que defendían a la monarquía española que por mas de trescientos años explotaron a estas tierras dignas de mejor suerte.

Muchos investigadores de los sucesos de Chuquisaca explican que la influencia de las ideas de la Revolución Francesa y las doctrinas de los enciclopedistas en la preparación del espíritu revolucionario en los abogados y estudiantes de la Universidad más famosa del continente, fueron el resultado de los sucesos de esa época. Pero, más lógico sería atribuir al descontento general contra las malas autoridades y los privilegios, la mayor proporción del fermento sedicioso que se formaba entre la población criolla y mestiza.

El marco del poder real en la villa lo conformaban: Ramón García Pizarro, descendiente directo del conquistador Francisco Pizarro, era el Presidente de la Real Audiencia y Gobernador de Chuquisaca, hombre de avanzada edad; Benito Moxó y Francolí, Arzobispo de Chuquisaca, estudioso e investigador, Boeto, Presidente de la Academia Carolina; a ellos se suma José Goyeneche, nacido en Arequipa y portador de un pliego de instrucciones de la Junta de Sevilla.

Se reúnen el 12 de noviembre de 1808: Goyeneche presenta los documentos que portaba, se discute y surgen las dudas: esa Junta de Sevilla no tenía la potestad de substituir al rey que estaba preso por Napoleón, además, se lo acusa de que habría tenido ciertas vinculaciones con Carlota Joaquina de Borbón reina de Portugal con sede en el Brasil, quien tenia pretensiones a las posesiones españolas. Salta el escándalo, las voces levantan el tono, insultos, amenazas y la reunión termina en discordia.

Goyeneche aun se detiene 5 días en Chuquisaca, arma todo un "despiole", causa confusión en el pueblo, y el 17 se marcha con dirección a La Paz. El Presidente y el Arzobispo quedaron solos frente a la hostilidad de la gente que repetía: "¡Quieren entregarnos a los portugueses!" "¡Traidores!".

Era Chuquisaca por aquellos tiempos uno de los centros mas intelectuales del continente y su Universidad, "reputada como la mejor del Nuevo Mundo" -según Muñoz y Cabrera- proyectaba sus luces a los cuatro costados del Virreinato y atraía a los mozos de Lima, Cuzco, Córdova o Buenos Aires, que iban para adquirir en ella ciencia y saber. De allí se lanzaron a la lucha revolucionaria los valores mas preclaros de América del Sur

Sabedores de los acontecimientos surgidos en el poder real, el grupo de rebeldes integrado por Jaime Zudáñez, abogado, defensor de los pobres; los hermanos Joaquín y Manuel Lemoine, Bernardo Monteagudo, "ciudadano de América", que llegó a ser posteriormente Secretario del General San Martín; Mariano Serrano, Manuel Mercado, Mariano Moreno, y muchos más, provocan el descontento desde las clases altas hasta el pueblo e inician una campaña de agitación por medio de panfletos anónimos, chismes y enredos que infunden la desconfianza y recelos en la masa. Discursos incendiarios en los corrillos universitarios. Esta agitación culmina en acciones de hecho el 25 de mayo.

Ese día se reunieron los Oidores en una casa particular y "después de larga deliberación, pasaron un oficio a Pizarro intimándole la entrega del mando" Pizarro ordenó el inmediato apresamiento de los Oidores y solo fue detenido el fiscal Zudáñez, porque los otros se dieron prisa para esconderse. Zudáñez fue cogido preso al entrar la noche y alborotaba dando voces anunciando que lo conducían al patíbulo, con la manifiesta intención de provocar la explosión que se venía preparando.

"Y sucedió lo que quería y esperaba que sucediese; alborotóse el pueblo, de por sí levantisco y en la ciudad hubo gran movimiento de gente que acudía a la plaza principal y a la Audiencia. Muchos se subieron a los campanarios y comenzaron a echar a vuelo las campanas; otros prendían fogatas en las calles. Desde la Audiencia disparaban cañonazos y descargas de fusileria para amedrentar pueblo. Pizarro ordena la libertad de Zudáñez, pero ya el pueblo se había amotinado y atacaron la Audiencia y tomaron preso a Pizarro; salió éste escoltado por la muchedumbre y conducido por los revolucionarios. Nadie salió herido, no se derramó una gota de sangre" cuenta René Moreno.

Daban las 12 de la noche y a esa hora se abría una nueva era y no de venturas, para el pueblo conquistado, sometido y destruido por otro Pizarro y el prisionero, ante la gravedad de la hora, frente a los hechos precursores decía con melancolía: "Con un Pizarro comenzó la dominación de España; con otro Pizarro principia la separación".Nuestro ferviente homenaje de admiración y respeto al valeroso pueblo de Chuquisaca hoy Sucre. Los augurios de mejor suerte y que el porvenir le depare mayores triunfos. "Los pueblos que olvidan su historia, están obligados a repetirlo."


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