Buscar este blog

domingo, 27 de septiembre de 2009

POEMA A CHUQUISACA

Chuquisaca es mujer, es madre y es libertad.
Es fecunda y generosa. Es dulce y es fuerte.
Chuquisaca es mujer y Sucre son sus ojos.
En sus entrañas se gestan hijos e hijas valientes
que la defenderán siempre con bravura y amor
Como hace casi 200 años, ahora sus hijos,
quienes se han formado en la calidez de su regazo
y sujetados por sus fuertes brazos,
alzan la voz con coraje, mientras
se encaminan hacia un mañana mejor,
que como luz de esperanza,
indica el destino promisorio a esta tierra libre
y mil veces bendita.
¡FELICIDADES SUCRE Y CHUQUISACA,
CUNA DE LA LIBERTAD AMERICANA!!
(*) autor anónimo
*****************************************************

CARTA ABIERTA POR EL BICENTENARIO
En Chuquisaca, Sucre, Bolivia y el Continente acabamos de vivir un momento histórico excepcional. Lo hemos hecho con la certidumbre de que será una ocasión irrepetible e inolvidable. Lo hemos hecho de pie y generosamente, reafirmando nuestro pasado y nuestras raíces comunes, lo hemos hecho sin sacrificar los caminos recorridos, sin descalificar la múltiple herencia de nuestros antepasados.Este 25 de Mayo de 2009, nuestros pueblos se han abrazado, lo hemos hecho entre indios, mestizos y blancos, entre Oriente y Occidente, entre Norte y Sur, y haciéndolo hemos abrazado, en nuestra carne, el futuro de las próximas generaciones.
No ha sido una empresa fácil, ¿pero qué empresa lo es en este continente deprimido, que sobrevive en medio de una lucha de siglos por definir su razón de ser en este planeta poblado de desigualdades? Ahora más que nunca estamos convencidos de que esta lucha solo se dirimirá en el abierto espacio de la fraternidad, del diálogo y del reconocimiento mutuo. Ahora más que nunca estamos seguros, como afirmara el escritor mexicano Carlos Fuentes, que no hay renovación sin tradición, que conservar la continuidad entre el pasado y el futuro implica humanizar el presente.
Este 25 de Mayo de 2009 hemos descubierto también que la libertad no es un palabra vacía, que se hereda como si fuera un objeto frío e inanimado, sino que es una materia viva, vibrante, que hay que renovarla, reinventarla y ganársela día a día, con sacrificio, esfuerzo y solidaridad.Queridos hermanos, en Chuquisaca y Sucre se ha abierto el telón de las conmemoraciones continentales por la independencia de nuestros pueblos. Felicitémonos por haber estado a la altura de su demanda. Que el futuro nos encuentre unidos bajo el mismo cielo, bajo la misma bandera y con la mirada fija, empecinada, en el mismo horizonte pleno de vida.
Viva Sucre, Viva Chuquisaca, Viva Bolivia, Viva América
Sucre, 29 de mayo de 2009 Comité del Bicentenario
********************************************************

HOMENAJE AL 25 DE MAYO DE 1809


Gastón Moreira Ostria
Socio de la Sociedad Geográfica e histórica Sucre

La Sociedad Geográfica y de Historia de Sucre, a la que tengo el honor de representar en esta oportunidad, se suma a los festejos de recordación del 197 Aniversario del primer grito de libertad que se da en América en nuestra ciudad el 25 de mayo de 1809. Creemos que es patriótico recordar aquellos acontecimientos que marcaron definitivamente nuestra historia y que debemos tenerlos presentes en todo momento de nuestras vidas.

Es importante analizar cuales fueron las razones fundamentales que prepararon el ambiente necesario para llegar a ese hecho de gran trascendencia americana.. Indudablemente juega un papel principal y definitivo la Universidad Real y Pontificia de San Francisco Xavier de Chuquisaca donde en sus aulas se gestaron las ideas de emancipación, habiéndose constituido en el pensamiento libertario que llevaron posteriormente a las acciones del 25 de mayo. En sus claustros universitarios se formaron Moreno, Monteagudo, Castelli, Paso y muchas otras decenas de patriotas que abrazaron con entusiasmo ideas libertarias, habiendo estado influenciados por los neoescolásticos hispánicos como Victoria, Mariana, Molina, de la Peña, Valle, Soto, Carranza, Covarrubias, Eliscueta y fundamentalmente por el padre jesuita Francisco Suárez, quién sostuvo una famosa polémica en su época con el Rey de Escocia e Inglaterra Jacobo I, que sostenía que el poder de los reyes era una delegación divina y por lo tanto no debían responder de sus actos ante sus súbditos, sino solamente ante Dios, lo que significaba que su doctrina era la inexistencia del derecho de cuestionar el poder de los monarcas por mas tiránico o inepto que fuese.

A los anteriormente citados hay que agregar los nombres de Zudañes, Michel, Lemoine, Mercado y otros, entre los cuales se cuentan las principales figuras de la sublevación del 25 de mayo de 1809,

El jesuita Francisco Suárez que a comienzos del siglo XVII era profesor en las Universidades de Salamanca y Coimbra enseñó que el poder no pasa de Dios a los gobernantes, si no es por intermedio del pueblo, porque es éste quién siendo depositario del poder entrega a los hombres que han de gobernar al Estado en una suerte de acuerdo que establece que si esos gobernantes no cumplen su función de ser gerentes del bien común y se transforman en tiranos, el pueblo tiene el derecho a levantarse en contra de ellos para deponerlos y de reasumir el poder para darlo a otros gobernantes capaces de cumplir su función acertadamente.

Estas ideas que hoy pueden parecernos ingenuas, pero que en aquellos tiempos de absolutismo significaban un germen peligrosamente insurreccional , fueron las que determinaron que un Rey de la familia de los Borbones, Carlos III, decidiera la expulsión de los jesuitas de tierras americanas.

En los decenios finales del siglo XVIII el pensamiento señalado va penetrando con fuerza irresistible en las aulas de la Universidad de Chuquisaca. Cuenta Moreno que los alumnos que tenían sus juntas secretas a las que concurría un grupo de iniciados que fraternizaban entre si con el vínculo de la mas perfecta unidad de ideas y sentimientos contra España.

Otros estudios históricos, como señalaba don Mario Linares Urioste, actual Director y Custodio de la Casa de la Libertad, que los levantamientos indígenas encabezados por el cacique Tomás Katari, ocurridos entre los años 1790 y 1792, también se constituyen en un preámbulo vital para los sucesos de mayo de 1809, afirmando que el caudillo indígena fue uno de los que inició el levantamiento contra España en los territorios americanos, puesto que ellos desconocían la autoridad del Rey.

En la década siguiente, es decir, los primeros años del nuevo Siglo XIX, el sentimiento libertario fue adquiriendo cada vez mas fuerza aunque no llegó a manifestarse abiertamente, sino que comenzó a formar parte de una conspiración subterránea inspirada en los textos liberales y las corrientes que años antes habían terminado con el absolutismo monárquico francés y también la liberación de Estados Unidos de América del dominio inglés.

Durante ese periodo se produjo en Charcas una toma de conciencia sobre la situación de los territorios y sus habitantes, aunque la autoridad y la lealtad a la Corona se mantenían aparentemente inalterables. Es así que resulta fundamental el papel de la Universidad San Francisco Xavier, lugar donde se formaban los futuros revolucionarios. Como sostiene el historiador Javier Mendoza Pizarro, "cuanto mas se profundiza en la documentación que existe sobre lo sucedido en el Alto Perú en 1809, mas evidente resulta el papel que jugó la Universidad San Francisco Xavier en los hechos que cambiaron la historia".

Es también conocido el hecho de que la Monarquía española sufrió un durísimo golpe a raíz de la invasión de la península Ibérica por parte de los ejércitos de Napoleón Bonaparte en 1808. Esos acontecimientos casuales derivados de la huida de Fernando VII fueron descritos por don Gabriel

René Moreno como la "feliz coyuntura" que incentivó aún mas a los doctores de Charcas en sus planes independentistas.

Los sucesos de mayo de 1809, formaron parte de un propósito común entre los revolucionarios altoperuanos, y es conocido que éste debió haber estallado en forma simultánea en Sucre y La Paz en el mes de marzo de ese mismo año. Distintas circunstancias obligaron a postergarlo, pero fueron los oidores de Charcas, quienes aprovechando desavenencias internas en la Audiencia, los primeros en ejecutarla en las jornadas del 25 de aquel mes de mayo.

El historiador español Estanislao Just Leó, autor de una extensa obra titulada : "Comienzo de la Independencia en el Alto Perú: Los sucesos de Chuquisaca, 1809" reconstruye y resume de una manera diáfana lo ocurrido en aquella histórica fecha: "Amaneció el 24 de mayo lleno de nerviosismo. La gente ya esperaba los sucesos. El Presidente García Pizarro había pasado revista a la tropa y mandado a preparar todo el tren de artillería. Los oidores y vecinos revolucionarios se habían reunido varias veces, se decía también que habían dormido con guardia y gente armada. Llegada la noche se duplicaron las rondas para vigilar la tranquilidad ciudadana. El ambiente estaba al máximo presagiando la tormenta".

La mañana del 25 de mayo fue atareadísima tanto para el Presidente García Pizarro como para el Real Acuerdo. Se esperaba de un momento a otro que algo sucediera.

El Presidente por la mañana, había ordenado al tesorero de las cajas reales llevarse una fuerte cantidad de onzas de oro fuera del palacio presidencial y mandó a reforzar su guardia, además envió a su hijo Agapito a Potosi con un oficio para el Intendente Sanz, pidiendo el despliegue inmediato de refuerzos militares. Los oidores no estaban de brazos cruzados. Se reunieron en el Acuerdo para conocer la vista fiscal con respecto a su petición de apertura de proceso y deposición del Presidente García Pizarro por traición al Rey Fernando VII.

Los últimos instantes de la tarde, antes de que la noche llegase, los describía así el abogado Cascón, uno de los consejeros del Presidente García Pizarro " acercándose ya la noche expresó su Excelencia que el golpe se lo iban a dar y que quería adelantar la separación" Libró las órdenes de arresto contra los principales instigadores de la revolución, entre los que se encontraban los Lemoine, los Zudañez, los Michel, asi como los franceses Miranda y Sivillat.

Solo fue arrestado Jaime Zudañez en su casa, pero esto fue la chispa que hizo detonar la ya preparada revolución y por tanto, el principio de los últimos instantes de García Pizarro en el Palacio Presidencial. La noticia de la detención de Zudañez cundió , atizada por su hermana Mariana y la gente se fue reuniendo frente a las puertas de la presidencia, algunas personas se acercaban por curiosidad y otras para actuar porque ya conocían lo sucedido. Los testimonios hablan de unas 2.000 personas que tomaron la Plaza Mayor presionaron al Presidente hasta lograr su dimisión, además de obligar al arzobispo Moxö a huir de la ciudad por temor a ser castigado por su apego a la autoridad mayor.

“Al atardecer del jueves 25 de mayo de 1809, el pueblo de La Plata (también Chuquisaca, hoy Sucre) capital del distrito de la Audiencia de Charcas, fue presa de una conmoción. A los gritos de "Viva el Rey", "Traición" o "mueran los traidores", una inmensa cantidad de gente se agolpó en la Plaza Mayor, Allí entre los tiros, gritos y sones de campanas, explotó el primer grito libertario, se llevó a cabo la revolución."

"Cuando la asonada pareció decrecer, a las primeras horas de la madrugada del día siguiente, Chuquisaca presentaba otro aspecto. El Presidente García Pizarro había entregado el mando a la Audiencia, el Arzobispo Moxó había huido por miedo a las turbas y un ejército formado por las gentes del pueblo, estaba reclutándose a título de defensa de los derechos del Rey y de la Patria. Así, había terminado el primer acto de la revolución de Charcas."

Dentro de este proceso insureccional, Just Leó también "considera importantes la discordancia que el Presidente García Pizarro mantuvo desde que llegó a la ciudad, en 1797, con los altivos y ensimismados oidores. La lucha de poderes entre el presidente y los miembros de la Audiencia fue una de las características de los últimos años del periodo colonial en Charcas. Estas fricciones tuvieron su punto mas álgido en 1806 cuando inclusive se llegó a pensar en la destitución legal del presidente de 68 años . El motivo lo va a dar una simple enfermedad catarral de García Pizarro, complicado luego con un reumatismo agudo. Dada su avanzada edad va a alcanzar cierto peligro, y le va a dejar una larga convalecencia. Los oidores querrán fundar en ella lo que para la incapacidad del gobernante decían la Leyes de Indias, pero el juego no dará resultado", describe Just Leó.

Los encontrones fueron aumentando en intensidad y se agravaron de tal modo que condujeron a la plena rebeldía de la Audiencia y con ella a la revolución.

Just Leó afirma además en su obra "que para los historiadores no bolivianos, en su mayoría sudamericanos, la revolución de Charcas, fue una mera asonada popular con el solo matiz de una algarada más de las que hubo tantas en la historia hispanoamericana, o un movimiento con cierto cariz independentista, pero tan pequeño en profundidad y extensión, que resultó enteramente intrascendente".

Just Leó refuta esas afirmaciones y concluye que deberíamos llamar a Chuquisaca la cuna real de la independencia hispanoamericana.

Aparte de las interpretaciones políticas posteriores a los hechos, todos los estudios historiográficos coinciden en aceptar la calidad emancipadora del movimiento de Charcas, no solamente por los aspectos coyunturales de la revuelta reflejados en las proclamas de adhesión a la Corona, sino principalmente por el contenido filosófico y liberal que éstas reflejarían a partir de este levantamiento, al que sucedería la revolución del 16 de julio del mismo año en La Paz , el 10 de agosto en Quito - Ecuador, así como la del 25 de mayo de 1810 en Buenos Aires y otros sucesos ocurridos en el Alto Perú en los meses y años subsiguientes



El cronista catalán afirma definitivamente, que la Guerra de la Independencia comenzó indudablemente, al atardecer del 25 de mayo de 1809.

Siempre con la versión de Estanislao Just Leó " el fenómeno histórico de la revolución en sí, no concluyó con lo acontecido aquella noche en la Plaza Mayor, puesto que durante siete meses, hasta la entrada del nuevo presidente Nieto, Charcas estuvo dirigida por la Audiencia gobernadora secundada por un grupo de vecinos españoles y criollos que eran revolucionarios."

Así mismo afirma "que hubieron expresiones de fe patriótica y manifestaciones de fidelidad a la monarquía española, lectura y propaganda expuesta en pasquines, libelos, además de las conversaciones libres de las mas exaltadas ideas políticas sobre el autogobierno y la independencia, intentos de nuevas asonadas, rebeldías ante el legítimo poder constituido, luchas contra los intendentes de la zona que obedecían al poder virreinal, persecuciones a vecinos fieles al régimen de siempre establecido"

El movimiento revolucionario chuquisaqueño no fue espontáneo, fue una obra preparada y resultado de una serie de causas. A un estado social discriminatorio que era fuente de descontento, se sumaron motivos económicos e ideas surgidas en la Universidad Real y Pontificia de San Francisco Xavier al calor de lecturas de las últimas corrientes europeas de pensamiento y los ejemplos de otras naciones que habían hecho bandera de conceptos tan atractivos como la libertad y la independencia. A esto se añadió una profunda crisis monárquica en la metrópoli producida por la invasión napoleónica.

Todo ello hizo caldo de cultivo en el grupo ciudadano conformado por intelectuales y descontentos que llevó adelante la revolución. Los criollos formados en la Universidad San Francisco Xavier sedientos de libertad y cansados de las limitaciones y humillaciones del poder virreinal ya tenían preparado el movimiento revolucionario para el 30 de marzo que coincidía con la festividad de Jueves Santo.

Provocada la insurrección se conseguiría la deposición del Presidente, e incluso, como se dijo después, la matanza de españoles. Llegada esa fecha no sucedió nada. "Había quedado sin efecto porque se intimidó el abogado don Ventura Salinas"

Es bueno también recordar el tenor del primero de los tres oficios que recibió el Presidente Ramón García de León y Pizarro del Tribunal la noche en la que se gestaría en Sucre el Primer Grito Libertario de América:

"Excelentísimo Señor. El escandaloso hecho, que de orden de Vuestra Excelencia se trató de executar a cosa de las siete de esta noche, y que ha comprometido hasta el último extremo la tranquilidad y sosiego de este leal y fidelísimo vecindario, tiene al Pueblo todo en tal consternación que no encuentra el Tribunal otro arvitrio para restituirle su antigua tranquilidad, que el que V.E. en obsequio de ella entregue inmediatamente el mando político y Militar, como el pueblo lo pide, con firme protexta de no aquietarse hasta que se verifique. El Tribunal pues, a nombre del Rey, y como eco fiel de estos generosos avitantes, se lo intima así a V.E., y espera su mas puntual cumplimiento. Dios guarde a V.E. muchos años
Plata 25 de mayo de 1809, a las once dadas de la noche. Señor Excelentísimo. José de la Iglesia. Josef Agustín de Ussoz. José Vázquez Ballesteros. El Conde de San Javier.Excelentísimo Señor Presidente Don Ramón García Pizarro".


El historiador nacional, que fue también en varias oportunidades Ministro de Educación, Mariano Baptista Gumucio, dijo que coincide con la posición de los distintos historiadores, al sostener que cualquiera que hubiera sido el pretexto para iniciar los levantamientos ocurridos el 25 de mayo de 1809, la destitución de las autoridades reales de ésa época se convirtió en el inicio de la Guerra de la Independencia.

Además Mariano Baptista apuntó que luego de la Revolución de Mayo, los insurrectos enviaron a distintos emisarios a diferentes lugares de la Audiencia, lo que implica que el proceso revolucionario en lo que es hoy territorio boliviano formaba parte de un mismo objetivo político, cual era el de poner fin a la dominación española. Entre los emisarios enviados a otras ciudades con el fin de promover el cambio de las autoridades y el reconocimiento de la Audiencia gobernadora, estaban Bernardo Monteagudo que fue a Potosi, Alzérreca y Pulido a Cochabamba y Mariano Michel a La Paz.

Para terminar esta rememoración histórica, que está basada en documentación verídica e incuestionable, debemos rechazar categóricamente la posición del Alcalde paceño Juan del Granado, quién con un desconocimiento total de la historia y actuando demagógicamente quiere engañar al pueblo boliviano y sobre todo al paceño, con la versión de que el primer grito libertario fue en La Paz, para evitar que los principales festejos del Bicentenario de ese acontecimiento patriótico sean en nuestra ciudad de Sucre, como reconocen todos los países de nuestra América.


Sucre 23 de mayo del 2006

domingo, 20 de septiembre de 2009

“LA GUERRA FEDERAL” – MASACRE DE COSMINI Y AYO AYO-



Dr. Antonio Dubravcic Luksic
Socio de la Sociedad Geográfica y de Historia Sucre.
Socio correspondiente de la Sociedad de Estudios Geográficos e Históricos
de Santa Cruz

La guerra federal, coincide con el paso entre dos siglos, representó un cambio radical del eje de poder político, social y económico, aunque no determinó un cambio en la estructura de quienes lo detentaban. Coincidió también con uno de los momentos más difíciles de la relación entre la élite urbana y las masas indias.
Varios factores explican la confrontación que en los hechos fue una guerra civil. Por el desgaste de los gobiernos conservadores tras casi 20 años de administración, a ello se sumó la popularidad creciente de los liberales, que estaban cansados de esperar una transmisión pacífica en el mando de la nación y por que habían sufrido más de una vez la manipulación de los resultados electorales en manos de los conservadores. Finalmente la realidad socioeconómica de Bolivia mostraba un desequilibrio de los centros de decisión.
La Paz fue durante todo el siglo XIX la primera ciudad de Bolivia y frecuentemente sede de los gobiernos nacionales (comenzando por el Mariscal Andrés de Santa Cruz). Su dinámica como ciudad se vería muy pronto respaldada por el nacimiento de la economía del estaño que desplazó el eje Potosí - Sucre al eje Oruro - La Paz. La caída de la plata trajo consigo el debilitamiento de la influencia de los viejos caudillos conservadores: Arce, Pacheco y sus colaboradores más allegados.

A este contexto debe sumarse la presión por el establecimiento de un país federal que tuvo algunos antecedentes destacados, como las ideas de Lucas Mendoza de la Tapia en Cochabamba a mediados de siglo, el movimiento de los igualitarios de Ibáñez en Santa Cruz (1874-1876) y las varias propuestas de llevar el gobierno a La Paz realizadas por los paceños en el período conservador.
La realidad sin embargo era otra, el federalismo fue una bandera coyuntural mediante la cual se inflamó el sentimiento regionalista del poderoso departamento de La Paz para justificar la rebelión, aunque no es menos cierto que algunos de sus propugnadores creían genuinamente que el federalismo era la mejor solución para Bolivia.

En la sesión del 13 de noviembre, el parlamentario Abel Iturralde argumentó: “La Paz no acepta otro trato que no sea el que le corresponde por sus condiciones económicas y comerciales, y por el tamaño de su actividad. De nada nos sirve el llamado gobierno central, a cuya acción benéfica estamos dispuestos a renunciar en aras de un cuerpo autónomo con leyes propias que mejor se adapten a nuestros fines”. En la sesión del 15 del mismo mes, la Bancada paceña en pleno presentó el Proyecto de Ley Federal, donde Bolivia cambiaria el nombra a “Unión Federal Boliviana”.
El Senador por Chuquisaca Cnel. José Manuel Pando, protagonista central de esta historia, dijo: “Aunque sea cruel, las grandes paginas de la humanidad han sido escrita por las puntas de las bayonetas”. Era el líder del partido Liberal y miembro de la Junta Federal Paceña. Sabedor de la simpatía por la causa federal en la Nación, con astucia diseñó la consigna federalista.

El ejército boliviano decidió destituir a todos los jefes y oficiales paceños. Lo mismo se hizo en la administración pública. Se Habló de un escarmiento “a los separatistas paceños”.
El estallido formal de problema se dio el 18 de noviembre de 1898 cuando el congreso reunido en Sucre después de un áspero debate proclamó la ley de radicatoria que exigía al Presidente su presencia permanente en la capital de la República, precisamente como respuesta a la exigencia paceña. La brigada de La Paz que había pedido sin éxito la reunión de un congreso en un punto “neutral”, Cochabamba, para discutir el tema sin presiones, decidió abandonar la ciudad de Sucre en señal de protesta. Fue el rompimiento de lanzas entre el norte y el sur.
En el Ínterin, el 6 de noviembre de 1898 un gran mitin reunido en la plaza de armas paceña, exigió el federalismo y el 14 se creó un comité federal presidido por el jefe de los liberales José Manuel Pando, quien irónicamente como senador por Chuquisaca votó a favor de la aprobación de la ley de radicatoria.

El 12 de diciembre se formó en La Paz una junta federal de gobierno, integrada por José Manuel Pando, Serapio Reyes Ortiz y Macario Pinilla que había renunciado al ministerio de Instrucción del gobierno de Alonso. La declaratoria de guerra estaba hecha
Alonso, a pesar de su postura contraria a la ley que promulgó a regañadientes y de su posición conciliatoria, no tuvo más remedio que ponerse a la cabeza de ejército del sur y marchar a Oruro, donde llegó el 15 de diciembre de 1898.

El escenario de la guerra civil se enmarcó básicamente en los departamentos de La Paz y Oruro y algunas provincias de Potosí y Cochabamba. Aquí hay que detenerse en la decisión de Pando de aliarse con los indios aimaras de la región. El pacto entre Pando y Pablo Zárate Willka, marcó un hecho sin precedentes en la historia republicana. La alianza estuvo probablemente sazonada por compromisos reivindicatorios para los indios que habían sido sistemáticamente despojados, como consecuencia de la legislación de 1880, pero estaba claro que respondía a un interés específico y militar por parte de Pando.

Entre enero y abril de 1899 se desataron acciones con la presencia de masivos contingentes indígenas, fueron decisivos para el triunfo de los federales. En las provincias Inquisivi, Aroma, Carangas, Chayanta, Tapacarí y Ayopaya, hicieron un cerco con bloqueos y ataques que diezmaron el ejército de Alonso.
El ejército constitucional mejor equipado que el federal, desaprovechó a principios de enero de 1899 la oportunidad de atacar La Paz antes de la llegada de un contingente de armas y pertrechos negociados en Lima por Claudio Pinilla, quien tras renunciar a su cargo de embajador se transformó en gestor de los federales y adquirió 1.500 rifles Mannlincher, 500 carabinas Winchester, medio millón de proyectiles y 1.200 uniformes.

Primer crucero - masacre de Ayo Ayo
El 24 de enero de 1899 en Cosmini, Pando gran estratega militar, derrotó a Alonso en la llamada batalla del primer crucero (en Chacoma donde cruzan los caminos a Luribay y a Ayo ayo), 250 efectivos de los batallones Abaroa y Vanguardia avistaron un convoy constitucional con pertrechos del batallón 25 de Mayo y el Escuadrón Sucre, que se dirigían al encuentro de las tropas leales, fueron interceptados por “las tropas de Pando y una numerosa indiada”. El intercambio de disparos concluyó con la violenta explosión de un carro cargado de munición que precipitó la fuga y derrota de los alonsistas.
Los heridos en el combate de Cosmini se quedaron en Ayo Ayo. Al atardecer, más de un centenar de comunaríos rodearon el pueblo, tomaron la plaza principal y el hostigamiento a los heridos que se encontraron refugiados en el templo.

El pueblo de Ayo Ayo parecía tranquilo, de pronto comenzó el alarido de los pututus de los federalistas de Willca, destruyeron y saquearon todo lo que encontraban a su paso. Incluso rompieron la puerta del templo, masacrando a sus ocupantes. El cura Fernández de Córdoba salió al atrio con un crucifijo pidiendo en nombre de Dios la paz. Los indios llevaron al cura hasta la plaza y allí le amputaron una pierna, le cortaron el pecho, le arrancaron el corazón y se lo comieron.
Los curas José Rodríguez y José Gomes sacados también de la iglesia fueron picados a machetazos. ¡Tres curas muertos!

Cuando todo terminó el templo parecía un matadero y el pueblo un cementerio.
Melitón Sanjinez, herido en una pierna, recibió, en pleno rostro, la punta de una picota. Murió instantáneamente. Félix Morales, en cambio, fue mutilado, le quitaron sus pies y sus manos. Luego lo remataron degollándolo. Víctor Betancour, Ismael Roncal, Eladio Fiengo y Eulogio Selvas, fueron colgados boca a bajo en las vigas del Templo de Ayo Ayo. Con cortes de cuchillo, fueron vaciados sus intestinos. Quedaron como animales faenados.

Al respecto el historiador Alfredo Jáuregui Rosquellas, relata el episodio de esta cruenta guerra fratricida de la siguiente manera: “Con rumbo al sur, en carretera desatentada y confusión inmensa, cual correspondía a la inmensa significación del desastre, atravesaban la llanura los vencidos, los heridos, los salvados que al encontrar asilo, que creyeron seguro, en la casa de Dios, en el pueblo de Ayo-Ayo iban a hallar el ara del martirio siendo sacrificados en forma infernalmente bárbara, diabólicamente horrorosa, crispantes por su saña y refinamiento de crueldad. Y allí a la luz crepitante del incendio y al rumor tumultuoso de la muchedumbre alcoholizada y excitada por el vaso de la primera sangre vertida, fueron descuartizados, desmembrados, quemados clavados a los muros, degollados como bestias de sacrificio 27 jóvenes del escuadrón simbólico, que pagaron con la flor de su vida en el error de un ideal extraviado en el tortuoso camino del mas engaño”.

La masacre de mohoza
Pero el hecho más estremecedor de la guerra federal se produjo en Mohoza y no tuvo que ver con el enfrentamiento entre federales y constitucionales. El escuadrón Pando de los federales llegó al pueblo de Mohoza bajo el mando de Arturo Eguino. Los abusos y excesos de los oficiales contra los pobladores dieron pie a la intervención de una hueste indígena comandada por el caudillo Lorenzo Ramírez. Tras rodear a los militares a la salida de Mohoza, Ramírez logró de manera increíble desarmar a la tropa. Los soldados fueron invitados a comer y a beber con los indígenas. Se les pidió dejar sus armas como señal de paz y confraternización. Los soldados accedieron ingenuamente. Ya en la noche en el templo de la localidad, al igual que en Ayo Ayo. En la madrugada del 1ro de marzo los 130 efectivos del escuadrón Pando fueron vejados, torturados y asesinados salvajemente en uno de los episodios más horrorosos de toda nuestra historia.

Segundo crucero
El 10 de abril de 1899 en las inmediaciones de Paria (Oruro) se produjo la batalla decisiva llamada del segundo crucero (por haberse desarrollado en el llamado crucero de Copacabana donde se juntaban y hacían cruz los caminos hacia Lequepalca y hacia Caracollo). Con la presencia de las fuerzas indígenas de Zarate Willka, el ejército de Pando (1.820 efectivos y un cañón denominado "Walaycho") enfrentó al ejército de Alonso comandado militarmente por el Gral. Julián María López (1.966 efectivos con seis cañones y cuatro ametralladoras).
Los indios protegieron a los federales y provocaron el primer ataque de un escuadrón de a caballo que abrió fuego. En más de cuatro horas de enfrentamiento sin cuartel, en el que se destacaron con virulentos ataques el batallón Murillo de Pando y en la defensa desesperada el batallón Alonso de los constitucionales, los federales derrotaron definitivamente a las fuerzas del sur. Casi 4000 combatientes protagonizaron la batalla que dejó un saldo de cerca a 1.000 víctimas entre muertos y heridos.

La batalla duro ochenta minutos. El Ejercito Federal se vio en serias dificultadas al comienzo; en especial con los cañones y ametralladoras que manejaban los mercenarios comandados por el chileno Anabalón. En un grave error el Escuadrón Alonso avanzo imprudentemente y se mezclo en lucha cuerpo a cuerpo con el enemigo, anulando la acción de las ametralladoras que habían parado de disparar para no matar a sus propios colegas. La muerte del mercenario argentino, Coronel Campos, fue determínante también en desorden de la artillería de Fernández. Los Federales comenzaron a tomar control de la contienda, ayudados por la defección de los escuadrones Sucre y el Aroma. Pando luchaba con éxito en primera línea. Finalmente El ejército Federal había ganado la batalla y la guerra.

Los sobrevivientes del Ejercito Constitucional huyeron a Oruro, con la idea de rehacerse y resistir. A las 8 de la noche entraron en Oruro, Alonso entro al palacio e hizo tocar llamada, pero más de 1.500 bajas entre muertos y heridos era demasiado. Aconsejado por su gente huyo a Chile en ferrocarril; en compañía de su esposa, no sin antes dejar orden a su banquero para entregar 15.000 bolivianos para atender a los heridos. Firmo también el último decreto, traspasando el Mando a Rafael Peña.

Como se puede apreciar fácilmente, en el trasfondo de esta guerra estuvo el movimiento indígena que se independizó muy pronto del control de los federales para actuar por cuenta propia. Zarate Willka, bautizado “el temible” por la prensa, buscó un gran levantamiento del altiplano y valles que reivindicara a los indios y organizara una nueva sociedad. Si bien los objetivos no están claramente explicados, el reclamo secular agudizado por los abusos de las dos últimas décadas a partir de las leyes de ex vinculación, llevaron las cosas al punto de la explosión. Si Pando usó a Willka y sus huestes, éste aprovechó la alianza para desplegar un poder que en condiciones normales no habría podido organizar nunca. Las acciones indígenas contra tropas federales pusieron en alerta a la junta y se inicio la represión.

Los hechos de Ayo Ayo, Mohoza, la insurrección de Peñas, la amenaza de un cerco sobre Oruro en febrero y marzo de 1899 y las acciones de sublevación en más de una veintena de localidades en tres departamentos del país
Para la guerra federal en 1898, Pando hizo esta promesa formal al Cacique Pablo Zárate Willka, jefe de los indios aymaras:

"... Willka -le dijo- te doy el grado de Coronel; levanta al indio; destruye al blanco del Sud, (al blanco alonsista). Cuando derrotemos al Ejército Constitucional, yo seré Presidente y tu serás el Segundo Presidente de Bolivia. Y devolveremos la tierra al indio; la tierra que le ha arrebatado el Gral. Melgarejo".
En consecuencia el líder comunero al ingresar a la guerra exigio:
Liberación de los colonos.
Participación de los quechuas y de los aymaras en el gobierno.
Devolución de las tierras comunales.

Pablo Zárate “Willka”, recibió la propuesta de José Manuel Pando mediante la esposa de este, Carmen Guarachi oriunda de Sica Sica. Esta intermediaria hizo la ofrenda de coca a la Pachamama y convenció a los indios de las provincias Omasuyos, Pacajes, Sica Sica e Iquisivi para iniciar el hostigamiento a los Conservadores.
El temible Willka entonces, organizó y dirigió al Ejército Aymara, que fue un conjunto de pequeñas unidades con poderosas masas humanas Quechua y aymaras.
El Temible Willka había demostrado valor, don de mando y dureza en acciones verdaderamente exitosas comandando a miles y miles de indios. El 22 de Abril de 1899, Zarate y su estado mayor fueron hechos prisioneros en Sicasica, con lo que se desbarató la cabeza del movimiento que fue reprimido y disuelto sin contemplaciones. Así se cerró uno de los momentos más dramáticos del enfrentamiento entre la elite de poder y la mayoría aimara y quechua del país.

El 12 de abril Pando entró triunfal a Oruro acompañado de Pablo Zarate, en medio de una impresionante multitud en la que se mezcló su ejército con los hombres del caudillo indio.Al día siguiente el Cnel. Pando envíó un telegrama a la Junta Federal informando los pormenores de la batalla y su sangrienta victoria. Hemos tenido muchas bajas, las bajas del enemigo son mayores y el triunfo completo y definitivo. Sírvanse manifestar al pueblo de La Paz que se han cumplido los compromisos contraídos el 16 de diciembre de 1898. Para los sucrenses la perdida de la capital era peor que perder el pacifico.

El 14 de abril, la Junta de Gobierno decreto: Articulo Primero.- La ciudad de La Paz es la Capital de la República. Artículo Segundo.- El próximo 6 de agosto se reunirán en esta ciudad las altas corporaciones judicial y administrativa, con el mismo personal que actualmente funciona. Firmado por Serapio Reyes Ortiz y Macario Pinilla.Pando no pensaba igual. Respondió en un telegrama: “Expedir decreto de cambio de la Capital de la República, seria declarar otra guerra civil. (…) Declinó el honor de ser parte de la Junta de Gobierno. Soy jefe del Partido Liberal que me impuso deberes”.

Esta respuesta hizo crisis en el mando paceño y disolvió la Junta Federal. En ese momento La Guerra Federal, se trasformo en la Revolución Liberal. O la Guerra federalista trucha.

La crisis entre paceñistas y Pando se resolvió con el acuerdo de convocar a una Convención en Oruro para: reconstituir los poderes públicos, tratar tema Federal y la localización de la capital.El 20 de octubre de 1899 se reunió La Convención Nacional. Luego de casi 2 horas de deliberaciones, Pando fue elegido Presidente. Debatió entre otros dos importantes tema: 1) El asunto de la capital, el mismo que después del debate fue archivado, por no existir consenso. 2) El federalismo, este tema fue de amplio y acalorados debates. No pudiendo ponerse de acuerdo y estando parejas las fuerzas, se decide por la votación, la cual dio un empate (El 100% de la representación cruceña voto por el federalismo).Tocaba Pando como Presidente dirimir el la paridad. Pando vota en contra. El federalismo también es archivado... “para una nueva legislatura”.¡Este fue el grandioso final de la guerra Federal trucha!

HOMENAJE A LOS CAIDOS EN COSMINI Y AYO AYO
El monumento levantado en el Cementerio General de Sucre en homenaje a los 27 héroes de la batalla de Cosmini – Ayo – Ayo es una obra magnífica que invita a la reflexión, cómo valientes chuquisaqueños entregaron sus vidas por la reivindicación de los derechos de la tierra que los vio nacer.
Se desconoce el nombre del autor de esta obra, lo que si se sabe es que fue traída de Europa. Erigida posiblemente entre los años 1907 – 1908 por gestión del Comité Patriótico Chuquisaqueño en memoria de los caídos en Ayo – Ayo el 24 de enero de 1899 que lucharon por evitar el traslado de los Poderes Ejecutivo y Legislativo de Sucre a La Paz.

BIBLIOGRAFIA
Querejazu C.Roberto “La mal llamada Guerra Federal”.
Velásquez A Julio César. “Acerca de la capitalidad de la República de Bolivia”.
Rodríguez F Alberto. Documentos para la Historia de la Guerra Civil 1898-1899. H. Alcaldia Municipal de Sucre 1999
Ponce S Carlos; Montaño D. Ana María. “La Revolución Federal de 1898-1899”.
Loayza Joaquín: “Agua del Inisterio” Número Cuatro. Publicación de Fundación Cultural de Mutual La Plata
Roca José Luis: “Fernández Alonso Severo” Diccionario Histórico de Bolivia Edit. Túpac Katari Sucre 2002
Condarco Morales Ramiro “La Guerra Federal” Cimientos de Chuquisaca Soboce La Paz 2001
Loayza Joaquín;”Los derechos de la Capital de Bolivia como asiento de los órganos del poder publico de Bolivia” http://sucrecapitalidadplena.blogspot.com
Sánchez S, Gonzalo “Breve historia de la Guerra Civil (1898-1899) http://sucrecapitalidadplena.blogspot.com/
Limpias F. Javier ¿Guerra Federal? http://www.portalchuquisaca.8m.com/

************************************************************************************